1873
Nació en Asunción, Paraguay, el músico Leopoldo R. Elizeche.
1913
Nació en Asunción, Paraguay, el contrabajista y director de banda, don Modesto Amaral.
1933
El Parlamento alemán confiere poderes dictatoriales a Adolf Hitler.
1934
Guerra del Chaco: Triunfo de las filas paraguayas en Cañada Tarija.
Cañada Tarija era un amplio campo, una verdadera laguna entre tantos montes y constituía una excepción con Cañada La Paz. De Camacho en adelante y siguiendo el camino que de este fortín hacia el Noroeste iba a Santa Cruz de la Sierra, pasando por Picuiba, Paucarpata, 27 de Noviembre y Charagua, la región se presentaba muy boscosa.
Entre Camacho y Cañada Tarija había exactamente 113 kilómetros de distancia y existía entre ambos puntos varios puestos y fortines, como puede verse en el siguiente detalle:
| Camacho a Ústares | 32 Km. |
Ústares a Cañada La Paz | 22 Km. |
Cañada La Paz a Santa Elena | 41 Km. |
Santa Elena a Cañada Tarija | 18 Km. |
Total: | 113 Km. |
La posición principal de Cañada Tarija tenía otra avanzada, para su seguridad establecida en Santa Elena o sea 18 kilómetros delante, avanzada que se hallaba cubierta por una fracción boliviana de 200 hombres.
El día 22 de Marzo de 1934 el entonces Teniente Coronel de Caballería Federico Wenman Smith, Comandante de la 6ta. División del Ejército Paraguayo, recibía la orden de atacar y tomar el puesto boliviano mencionado e inmediatamente hizo avanzar un Batallón de Infantería y una Batería de Artillería perteneciente al Grupo de Artillería 4 "Mayor Albertano Zayas", fuerzas y elementos que consideró suficientes para intimidar al adversario.
Establecido el contacto, al sonar los primeros cañonazos y ráfagas de ametralladoras, el adversario se desbandó, dejando en nuestro poder 3 prisioneros y algunos elementos de combate. El resultado fue mayor de lo previsto y Santa Elena fue ocupada por las fuerzas paraguayas sin experimentar ninguna baja.
Desaparecido el obstáculo del puesto avanzado en cuya captura no queríamos perder tiempo ni vidas, seguimos avanzando hasta cubrir los 18 kilómetros de distancia referidos y llegar al borde opuesto ocupado por los bolivianos en la Cañada Tarija.
EL COMBATE
Después de algunos tanteos, fuerzas paraguayas se percatan de que los bolivianos pensaban resistir en su posición principal. Un ataque frontal a través del cañadón aún contra fuerzas desmoralizadas, nos hubiera costado muchas bajas.
En estas condiciones el TCnel. Federico W. Smith., resolvió utilizar el "corralito" (cerco). Para ello dividió sus tropas en tres fracciones: un Batallón del RI 14 "Cerro Corá" destinada a guarnecer el frente, que debía entrar en acción en el momento oportuno y las otras dos, el RC 1 "Valois Rivarola" cubra los flancos y que el RI 8 "Piribebuy" maniobre por el lado Norte para salir en la retaguardia boliviana y cortarle la retirada o impidiéndole recibir refuerzos desde Garrapatal cuyo efectivo no alcanzaba a 1.000 hombres. Como reserva quedaron el RI 5 "Gral. Díaz” y el GA 4 "Albertano Zayas".
Planeado el cerco se pusieron nuestras fuerzas en movimiento, es decir, se movieron las que tenían la misión de maniobrar, mientras las del frente mantenían escaramuzas y enviaban constantemente patrullas, simulando buscar un punto débil para atacar cuando en realidad lo que hacían era distraer la atención boliviana y algo más que distraerla, absorberla por completo.
Las dos fracciones comandadas por el intrépido Mayor Sinforiano Brusquetti aparecieron en la retaguardia boliviana sorpresivamente, después de una marcha efectuada a través del monte, sin ser notados con suma habilidad y rapidez.
La fracción nuestra que operaba en el frente a medida que se aproximaba el momento de la aparición detrás de la línea adversaria, iba tomando posición cautelosamente, lo más cerca posible de las trincheras contrarias, hasta llegar casi a distancia de asalto, situación que debía permitirle accionar enérgica y eficientemente cuando llegara la oportunidad, con la enorme potencia de fuego qua representaban sus numerosas armas automáticas, sus morteros y cañones.
La inesperada salida da las tropas del Mayor Sinforiano Brusquetti en la retaguardia boliviana, produjo un efecto fulminante; los primeros disparos hechos por nuestros expedicionarios paralizaron al ocasional adversario. Era este el momento que la fracción nuestra del frente esperaba para intervenir. Cuando los bolivianos huían, fuera ya de la protección de sus trincheras un terrible fuego de ametralladoras, matizada por las explosiones de granadas de artillería y morteros diezmó sus filas.
Más de 200 cadáveres, o sea el 20 % del efectivo total boliviano quedó tendido en el lugar da la acción.
Las bajas bolivianas se elevaron a casi la totalidad del efectivo puesto en acción. Además de los muertos citados, cayeron en nuestro poder alrededor de 1.000 soldados y clases, un Teniente Coronel, un Mayor y ocho Sub-Tenientes. No excedía de 50 el número de los que lograron escapar de la zona de combate.
Según actores de primera mano de la acción de Cañada Tarija el sorprendente resultado y sobre todo teniendo en cuenta que el cerco no llegó a cerrarse, se explica por el pánico que se apoderó del adversario, facilitado por la baja moral que gastaba a la tropa. Sólo atinaron a rendirse en masa.
Nuestras pérdidas fueron reducidísimas en total: 4 muertos y 8 heridos.
Cayó en nuestro poder una intendencia completa, con víveres para 39 días, 5 camiones, 5 ametralladoras pesadas, 31 livianas y otros elementos.
La novedad del día consistió en que las armas automáticas livianas, no eran fusiles sino pistolas ametralladoras (subfusil Bergmann MP28 o Steyr S100 calibre 9x19 mm). Estos subfusiles catean proyectil corto y de calibre pequeño, siendo su estampido muy débil comparado al de los fusiles ametralladores, por lo que nuestros muchachos las habían bautizado con el nombre de "PIRÍ PIPÍ".
Cayeron igualmente en nuestro poder cerca de 1.000 fusiles y numerosos cajones de proyectiles de infantería.
LA IX DIVISIÓN BOLIVIANA
No estaba reorganizada, sino en formación. Para la fecha del combate relatado no contaba más que con un Regimiento de Infantería ya organizado, una Compañía de trasmisiones y un Escuadrón de Caballería.
El Regimiento mencionado era el Nº 18 "Ismael Montes", compuesto de 3 Batallones de 400 plazas cada uno, el 1º comandado por el Mayor Néstor Salinas (prisionero); el 2º por el Mayor Vargas, que se interno en los montes con 30 hombres y el 3º por el Teniente Coronel Gutiérrez que aún no había tomado el mando y lo interinaba un Teniente.
Fueron capturados el I/II Batallón junto con el Escuadrón Divisionario. El III/Batallón se libró de nuestra tenaza, porque estaba de guarnición en Picuiba, 45 kilómetros más atrás. No obstante llegó hasta las proximidades de Cañada Tarija con intención de romper el cerco pero al ser recibido con una lluvia de proyectiles volvió al punto de partida.
En lo que respecta a la herida del Teniente Coronel Bavía Comandante del Rgto. 18 "Ismael Montes", unos opinan que intentó suicidarse, otros que recibió un balazo en la cabeza al salir del pozo para escaparse y no faltan quienes opinan que sus mismos soldados quisieron ultimarlo al ver que los abandonada. Cabe mencionar que El TCnel. Ángel C. Bavía tuvo los cuidados y atenciones de nuestra Sanidad Militar en campaña, falleció el 5 de abril de 1934 a las 18 horas según consta en los comunicados oficiales.
El Comando Superior boliviano había dado a publicidad el siguiente comunicado oficial:
"El contraste experimentado por el Regimiento 18 de Infantería en el sector de Cañada Tarija, se debió al incumplimiento de las instrucciones expresadas del Comando Superior, evidenciándose que la jefatura de la IX División SE APARTO de las determinaciones de este Comando Superior en consecuencia y como primera medida, el jefe de la IX División acaba de ser cambiado".
Estamos en condiciones de afirmar que el comunicado trascripto es falso. El Comandante de la IX División no pudo apartarse de instrucciones que no tenía, pero sí, fue destituido porque SE APARTO demasiado de la línea de fuego y de sus tropas, pues tenía su Puesto de Comando establecido en Carandayty a 180 kilómetros detrás de Cañada Tarija.
Hay que reconocer que esa distancia es algo más que prudencial para cualquier Comando Divisionario de Cuerpo y hasta Superior.
El jefe destituido era el Coronel Francisco Peña, cuñado del Presidente Salamanca, que ya había sufrió una destitución anterior, por orden del General Quintanilla, cuando comandaba la IV División en los primeros meses de la guerra.
EL "CORRALITO"
Ya hemos dicho en otra oportunidad que esta táctica paraguaya conocida en esa época con la denominación de "El Corralito" en el vocablo militar es el "CERCO" que según el manual de vocabulario militar es la acción ejecutada por fuerzas terrestres, consistiendo con la ocupación de una línea que envuelve determinada área, visado a impedir la entrada o salida de tropas, civiles, equipos y abastecimientos.
Esta táctica que tan fructíferos resultados nos ha proporcionado en todo el curso de la campaña, se funda en principios militares muy conocidos y antiguos, pero tan admirablemente adaptados a las condiciones de la lucha en el Chaco y a las características del terreno, que bien fue considerada como una innovación en ese entonces.
Cuando ya parecía imposible aplicar este procedimiento—y así lo proclamaban los bolivianos—las fuerzas paraguayas habían puesto en práctica con el magnífico resultado en las acciones de Cañada Tarija.
Bien es cierto que nuestra táctica era tan flexible, presentaba tantas modalidades y admitía no menos variaciones, que su resultado primero era el desconcierto que producía en el adversario, no permitiéndole prevenir el golpe, porque no podían sospechar cómo y dónde se producirá.
1939
El general Francisco Franco conquista Madrid. 4 días después terminaría la Guerra civil española.
1999
Renuncia el presidente Raúl Cubas Grau. Asume el presidente del Congreso Nacional, Luis Angel González Macchi. Walter Bower es nombrado ministro del Interior.
El general Lino César Oviedo, ex hombre fuerte del gobierno paraguayo, huye a la Argentina.
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